martes, 4 de septiembre de 2012

Rescatando Comunidades


          Mientras haya dinero en España, será para los bancos, a un interés ínfimo, y estos se lo devolverán en forma de préstamo a un interés 5 veces más alto. ¡¡Eso sí que es un negocio redondo!! Además, si pierden, no pasa nada, le volvemos a dar todo el dinero que necesiten. Total, será por dinero...
          Ahora, las Comunidades mediterráneas: Cataluña, Murcia y Valencia, no pueden pagar sus facturas y piden dinero al papá Estado, pero ¿no decían que tenían sus cuentas al día y que las inversiones que estaban haciendo eran porque tenían dinero?¿Por qué no se cambia el código penal para que se pueda meter en la cárcel a esos chorizos embusteros, que están llevando a la ruina a sus Comunidades?, o mejor aún, ¿por qué no eliminan esas comunidades que malgastan tanto dinero? Luego dicen los políticos catalanes que los andaluces son unos mantenidos. Soltándonos el zorro es posible ocultar lo que ocurre en su corral.
          Pero esto no debe quedar aquí: estas Comunidades del levante hispano piden dinero porque han gastado más de lo que debían, ahora ¿el resto de España tiene que ser solidaria con ellas?, sin embargo, las inversiones realizadas en Valencia o Murcia se quedan allí, con unas buenas infraestructuras que a fin de cuentas llaman a otras inversiones (el dinero llama al dinero). Ahora se tendría que acordar el Sr. Valcárcel (Presidente de la Comunidad murciana) que llamó insolidarios a los que no le querían dar agua para esas inversiones desproporcionadas que estaba haciendo en su comunidad, o el Sr. Carlos Fabra del monumental aeropuerto de Castellón, desproporcionado para el tráfico que podía tener, o las multimillonarias inversiones de Zaplana y Camps. Ahora queda ver cuánto va a tardar Madrid, porque Madrid está endeudada hasta las meninges. Pero no pasa nada, los españolitos aguantaremos, como siempre, cualquier barbaridad que nos hagan nuestros políticos, mientras tenemos el opio del fútbol, que nos tenga entretenidos. ¡¡Hala Madrid!!
          Aquí paz y después gloria.

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