domingo, 23 de diciembre de 2012

Los Campanilleros: origen y versiones

Dos versiones muy distintas de Los Campanilleros

     En zonas rurales de Andalucía entre otras zonas, los campanilleros eran grupos tradicionales de personas que cantaban en la madrugada el rosario de la aurora, acompañadas de guitarras y campanillas. En algunas zonas, como es el caso de ciertos pueblos de la comarca de la Subbética cordobesa, a estos grupos se les llaman auroros. Suelen ir, al alba, a casas particulares en donde haya fallecido recientemente algún miembro. Sus canciones son lastimeras y a la vez muy rítmicas, en donde el brillo metálico de las campanillas dan un toque especial a sus cantos. En otras ocasiones cantan a su patrona o por algún otro evento religioso.
     La canción que aquí se recoge, Los Campanilleros, fue compuesta entre 1919 y 1924 por el militar Manuel López Farfán, con el título original de "Pasan los Camapanilleros", dedicada a una cofradía sevillana. Existen varias versiones de la partitura original. La letra de la canción era de carácter profundamente religioso, completamente distinta a la que se canta hoy día, aunque también sea de índole cristiano en su versión más difundida. 
Aquí van los dos versiones de Los Campanilleros, a mi forma de ver: la religiosa y la laica. La primera, la versión tradicional y religiosa, está cantada por la "Niña la Puebla", que sentó cátedra. La segunda versión, mucho menos conocida, es la que interpreta "Nuestro Pequeño Mundo", de carácter laico, poético y reivindicativo. La misma música con letras completamente dispares.

1ª versión: La Niña de la Puebla con su hija, en la televisión pública española.

2ª versión: Nuestro pequeño mundo, también en la televisión pública española (1974).
Letra:

Versión religiosa:

En los pueblos de mi Andalucía
los campanilleros por la "madrugá"
me despiertan con sus campanillas
y con sus guitarras me hacen llorar.
Yo empiezo a cantar, ...
y al oírme todos los pajarillos
que están en las ramas se echan a volar.

Pajarillos que vais por el campo,
seguid a la estrella, volad a Belén,
que os espera un niño chiquito
que el Rey de los Cielos y la Tierra es.
Volad a Belén, ...
que os espera un niño chiquito,
que el Rey de los Cielos y la Tierra es.

En la noche de la Nochebuena,
bajo las estrellas y por la "madrugá"
los pastores, con sus campanillas,
adoran al Niño que ha nacido ya.
Y con devoción, ...
van tocando zambombas, panderos,
cantando las coplas al Niño de Dios.

A la puerta de un rico avariento
llegó Jesucristo y limosna pidió,
y en lugar de darle una limosna
los perros que había se los azuzó.
Pero quiso Dios, ...
que al momento los perros murieran
y el rico avariento pobre se quedó.

Si supieras la entrada que tuvo
el Rey de los cielos en Jerusalén
no quiso ni coches ni calesas,
sino un jumentito que "alquilao" fue.
Quiso demostrar, ...
que las puertas divinas del cielo
tan solo las abre la Santa humildad.




Versión laica:

En los campos de mi Andalucía
los campanilleros en la madrugá,
me despiertan con sus campanillas
y con sus guitarras me hacen llorar. 

Los gitanos que van por el monte
cantando y bailando al amanecer
de mis soles que maduran el trigo
pudriendo el tejido de un viejo rabel. 

Suplicando el amor.
Con las manos al cielo mirando,
llenas de rocío de un sabio cantor. 

En la historia del mundo no ha habido
los gritos tan claros de una nación;
santiguando con agua bendita
las manos rojizas de un santo patrón. 

Que reza al andar
a las flores de un campo marchito
cargaíto de espinas de amargo aguijón.


2 comentarios:

  1. Esta canción me dice, como ninguna otra que la pena y la alegría nacen del mismo sitio, o quizá son la misma cosa. La letra original oscila como un péndulo de una a otra, sin transición y la música no sabría decir si expresa alegría o tristeza, o las dos cosas al mismo tiempo.

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  2. Esta canción, hoy utilizada como villancico, va implícita a la letra, y refleja para mi opinión el más profundo sentir triste de Andalucía. La tristeza parece fluir sobre los olivos de plata en las gélidas noches de invierno. Los campanilleros son los portadores de esa tristeza, aunque sus campanillas parezcan alumbrar algo de alegría.
    Gracias por tu comentario.

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