Pero vinieron las Comunidades Autónomas, el "café para todos", ya que a las "nacionalidades históricas", léase Cataluña, Euskadi y Galicia, que yo me digo muchas veces cuántas regiones (o Comunidades) de España han tenido reyes propios, ¿4?, ¿5?, pues Andalucía también los tuvo (recordar la dinastía Omeya, o la Nazarí), y si nos remontamos más en el tiempo nos encontramos con Tartessos, que no es leyenda. Pero esto no va de reivindicaciones nacionalistas, porque me parece que echar el tiempo atrás para buscar un contexto que nos interese, y así reclamar una supuesta cultura e historia propias, me parece que no es serio, ya que pienso que la historia ha de entenderse como una línea que discurre de manera ininterrumpida (normalmente), y no es de recibo cortarla en un punto que nos interese (que puede ser hace 500 ó 1.000 años) para afirmar que se es distinto al vecino (naturalmente, todos somos distintos).
Los nacionalismos nacieron en la primera mitad del siglo XIX (anteayer), y fueron hijos de los románticos, y estos a su vez de los revolucionarios que dieron su vida para echar a bajo el Antiguo Régimen, o sea, los absolutismos. Con esto quiero decir que surgieron como evolución de la lucha contra regímenes autoritarios y restrictivos de libertad. Por eso creo que la Historia, la Historia objetiva, debería ser una asignatura obligatoria y común para todos los españoles, así, cuando oigan las barbaridades que algunos políticos dicen sobre el hecho diferencial, tendremos motivos suficientes para desconfiar de ellos.
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